“La devoción es el sol que nutre las raíces de nuestro amor floreciente.”

La devoción es el sustento constante, la energía vital que permite que el amor crezca fuerte y florezca. Es el cuidado incansable que asegura que la relación prospere.

Piensa en un jardín. La devoción es ese sol cálido y constante que baña cada pétalo, que penetra la tierra para nutrir las raíces. Sin ese sol, las flores se marchitarían. De la misma manera, la entrega y el compromiso fiel son la luz que permite que el afecto se fortalezca, que la confianza germine y que la pasión se mantenga viva, como un campo siempre en flor.