“La devoción es el río subterráneo que nutre el jardín del corazón.”

La devoción amorosa es esa fuerza invisible y constante que riega las raíces de nuestros sentimientos más profundos. Como un río que fluye oculto bajo tierra, nutre y da vida a la belleza que florece en el alma, manteniéndola fértil y vibrante.

Este compromiso, lejos de ser una carga, es un manantial de energía. Permite que el cariño crezca y se expanda, asegurando que el jardín del corazón permanezca siempre exuberante, incluso en los climas más áridos.