“En el laberinto del corazón, el afecto genuino es la única brújula infalible.”

A veces, las emociones nos pueden desorientar, como si estuviéramos perdidos en un intrincado laberinto de sentimientos contradictorios. En esos momentos de confusión, es el cariño verdadero, ese que no busca recompensa ni posee pretensiones, el que nos muestra el camino correcto. Es como encontrar una luz tenue al final de un túnel oscuro, una certeza que nos impulsa a seguir adelante, sabiendo que estamos en la dirección correcta, guiados por la autenticidad del sentimiento.