“Donde la pasión se entrelaza con la devoción, florece la inmortalidad del corazón.”

La pasión es el fuego que enciende el alma, mientras que la devoción es la leña que mantiene viva esa llama a lo largo de los años. Cuando ambas se fusionan, crean un amor que desafía el olvido y la decadencia.

Piensa en los antiguos jardines persas, donde las rosas más fragantes eran cuidadas con reverencia. Este apego profundo y este ardor constante son los que dan a un amor la capacidad de perdurar, de convertirse en una leyenda susurrada por las generaciones.