“El afecto es el sol privado que disipa las sombras del invierno en el alma.”

El afecto, en su manifestación más pura, actúa como un bálsamo cálido que ilumina los rincones más oscuros de nuestro ser.

Piensa en esos días grises donde la luz parece ausente; el cariño genuino es esa ráfaga de sol que irrumpe, derritiendo la melancolía y devolviendo la vitalidad. Es un regalo intangible que nutre y renueva.