“El afecto es el sol que derrite el hielo de la soledad.”

La soledad, con su frío implacable, puede ser un estado devastador. El afecto, en cambio, tiene el poder de brindarnos calor y compañía.

De manera similar a cómo el "sol derrite el hielo", una muestra genuina de cariño puede disipar las barreras de la distancia emocional y el aislamiento. Es el contacto humano, la empatía y la cercanía lo que nos rescata de la frialdad de estar solos.

El afecto nos recuerda que no estamos solos en el mundo, que hay manos extendidas dispuestas a compartir calor.