“Cada latido es un verso escrito en el libro de tu querer.”

Nuestro corazón, al latir, no solo bombea sangre, sino que también escribe la historia de nuestro amor. Cada pulso es un nuevo verso, una declaración de afecto y cariño que se va sumando a la narrativa de nuestra intimidad.

Piensa en tu pecho como un pergamino ancestral. El enamoramiento es la tinta que fluye, y cada palpitación es la pluma que traza palabras de devoción, construyendo un poema que solo los dos podemos leer y comprender en su totalidad.

Este apego profundo se expresa en la constancia de cada latido, un recordatorio viviente de la pasión que nos une. Es una métrica personal del amor que profesamos, un verso continuo en el gran libro de nuestras vidas.