“En el jardín del afecto, la confianza florece como la rosa más esquiva.”

El cuidado y la devoción hacia otro ser son las semillas que plantamos en este jardín íntimo. Sin embargo, es la confianza, esa delicada fragancia que emana de la seguridad y la vulnerabilidad compartida, la que permite que las emociones más hermosas se desplieguen plenamente. Es un proceso lento y delicado, donde cada acto de honestidad riega sus raíces.