“El afecto desinteresado es el sol que florece en los corazones más nobles.”

El afecto desinteresado, ese dar sin esperar nada a cambio, es una virtud que ilumina el mundo. Es la generosidad del espíritu que se regocija en la felicidad del otro. Considera la flor que regala su fragancia y su belleza sin pedir nada, simplemente existiendo.

Este cariño puro y genuino se manifiesta en actos de bondad y en un apoyo incondicional. Es el reflejo de un alma magnánima que encuentra su recompensa en el bienestar ajeno.