“En el jardín del afecto, la paciencia es la jardinera que cuida cada brote de ternura.”

La ternura, como una planta delicada, necesita tiempo y cuidado para desarrollarse plenamente. La paciencia actúa como la mano experta que riega, poda y protege, asegurando que cada pequeño gesto de cariño pueda crecer y florecer sin ser apresurado.

Es el respeto por el ritmo natural de la relación, permitiendo que los lazos se fortalezcan gradualmente, como las raíces que se extienden bajo tierra, invisibles pero esenciales.