“La pasión amorosa es un volcán dormido, cuya explosión reaviva la tierra del vínculo.”

La pasión en el amor no es una llama constante, sino a menudo un volcán que, tras un período de aparente calma, puede rugir con fuerza renovada.

Esta reactivación del afecto no destruye, sino que fertiliza la tierra del vínculo, trayendo consigo nuevas oportunidades de crecimiento y vitalidad. Es un recordatorio de la fuerza primal del enamoramiento.

El amor verdadero sabe cómo encender ese fuego latente, manteniendo viva la emoción.