“La verdadera pasión del amor reside en la calma de un puerto seguro.”

Esta reflexión redefine la pasión, alejándola del tumulto hacia la serenidad.

A menudo asociamos la pasión con la intensidad y el descontrol, pero aquí se propone que la forma más profunda de pasión es la tranquilidad y la seguridad que se encuentra en una relación amorosa estable. Es ese afecto constante que nos permite descansar, la devoción que crea un refugio. El apego es la certeza de un hogar al que siempre podemos volver.

Es la calma después de la tormenta, la paz que nace de la conexión profunda.