“En el jardín del corazón, cada pétalo de cariño es una lección de eternidad.”

Este apego que florece en nuestro interior no es efímero, sino que posee una cualidad atemporal. Cada gesto de amor, cada suspiro compartido, se convierte en una semilla que germina en la memoria, creando un legado imperecedero. Es en la delicadeza de estos detalles donde reside la verdadera trascendencia del enamoramiento.