“La entrega total es el sacrificio más dulce, un renacer mutuo.”

Donde el amor es absoluto, el acto de entregarse se convierte en la ofrenda más preciada. No es una pérdida, sino una transmutación, un renacimiento que ocurre en el espejo del otro. Es el despojarse de uno mismo para abrazar una existencia más rica y compartida, una alquimia de almas.

Piensa en dos ríos que se unen para formar un océano más vasto. Cada uno pierde su forma individual para dar lugar a algo infinitamente más grande y poderoso.