“La devoción es el arte de ver en el otro la obra maestra que aún está por revelarse.”

Ver la devoción como un arte nos invita a una apreciación profunda. Es la habilidad de mirar más allá de las imperfecciones presentes y vislumbrar el potencial latente en el ser amado. Es creer en su capacidad de crecimiento, de superación, de convertirse en la mejor versión de sí mismo, y acompañarlo en ese camino, como un guardián de su evolución.