“El amor es la melodía que surge cuando dos silencios encuentran su armonía.”

A veces, la comunicación más profunda no necesita palabras. Es en esos espacios de entendimiento mutuo, de quietud compartida, donde el cariño se manifiesta en su forma más pura.

Imagina dos instrumentos musicales, cada uno con su propia tonada, pero que al unirse crean una sinfonía inesperada. El amor es esa capacidad de encontrar una resonancia, de que el silencio del uno sea la pausa perfecta para la melodía del otro. Es el apego que se nutre de la presencia, del saber que el otro está ahí, incluso cuando las palabras no son necesarias.

Esta devoción silenciosa, este compás compartido, crea una armonía que va más allá del ruido del mundo, tejiendo un lazo inquebrantable en la quietud.